Ayuntamiento de Badajoz

lunes, 30 de enero de 2017

Serendipity

Así, sin más. Esta murga es de las que no les gusta poner apellidos a la agrupación en función de su disfraz. Una noche más salgo a la caza de murgas, por saber un poquito de ellas, meterme en ambiente y tener información que contar a los seguidores de El Estribillo, que en estas dos ediciones del Carnaval (2016 y 2017) han leído más de 40.000 páginas del blog. Y hoy me ha entrado un poco de morriña. Para ver a Serendipity he ido hasta la barriada de Llera, donde tienen su lugar de ensayo, a poco más de 100 metros de la cuadra de Carlos Molina, donde Los Agüitas prepararon en finales de los 90 las armaduras de su disfraz de Quijote. ¡Qué tiempos!

A las afueras de Badajoz está el local de Serendipity. Me recibe Jesús Galán, responsable de la murga, que está trabajando en la preparación del grupo sin subir al escenario. La primera alegría me la llevo al ver a Sancho Caballero, y con pelo (eso es buena señal). Muy diferente a como lo conocí hace un año, cuando quedamos para llevarme hasta el punto de reunión serendipityano. También Ricky López y un puñado de jóvenes de los que está aportando nuevas ganas  y nuevas formas al Carnaval de Badajoz. En el techo, los telones de los dos últimos años, para insonorizar un poco el local y aislarlo del frío. Comienzo a tomar notas de lo que estoy escuchando, y evidentemente descubren el disfraz, divertido, con el que se van a identificar muchos pacenses. Y me llama la atención el escuchar letras sobre temas que no he oído hasta hoy, por lo que en principio suenan diferentes, originales. La presentación tiene un punto "gamberro" que, bien llevado, hará disfrutar al respetable. Tendrá refuerzo musical, por cierto. Y digo lo de bien llevado por que se les ve faltos de ensayo; Sancho me dice que como siempre, que van en la línea de los últimos años, que queda alguna cuarteta de popurrí y un apretón de ensayos en los últimos días. Es verdad lo que dicen, lo del trabajo extra, porque a pesar del frío de la noche, apagan la "seta" de butano que calienta el local y empiezan a despojarse de ropa, ya que tienen calor y están sudando por la intensidad del trabajo realizado.


La agrupación llega con ligeros cambios con respecto a la formación de 2016: se ha incorporado Adrián, con 16 años (con su edad hay chavales que participan en el concurso de juveniles). Adrián es un espectáculo: el oliventino no sólo toca la caja; también coge la guitarra y, si es necesario, el bombo. También regresa Quillo, que salió por última vez el año de tardones, Y otro oliventino, Dani, guitarrista, hermano de uno de los miembros de 3w, con quien comparte amor por la fiesta de febrero. Pero las confidencias, hasta cierto punto.

Como decía antes, están cortos de preparación: alguna letra en las manos de los integrantes de la murga lo confirman, y ellos mismos dicen que falta alguna cuarteta de popurrí. Pero esto de las letras de última hora no es extraño en ellos, y contemplan siempre el incorporar algún cuplé justo antes de su actuación. Y si Sancho está en lo cierto, aún hay tiempo (dos semanas) para repasar a fondo el repertorio y llevarlo al nivel del del año pasado, semifinalistas y cerca de la final. También me encuentro con Nacho, guitarra, a quien conocí la semana pasada en el ensayo de Las del Porche, murga juvenil que lleva junto a Abel, de Los Chalaos. Gran trabajo el que están haciendo estos jóvenes (Nacho sólo tiene 21 años) en el programa "Aulas de Carnaval", en torno al que mueven 400 niños, en los que sus monitores intentan plantar la semilla de nuestra fiesta.


La despedida, sentida, de las que tocan "la patata". Este es un año importante para esta murga: el de su asentamiento entre las grandes (viendo su positiva evolución de los últimos años), para no quedarse atrás del resto de murgas jóvenes que están dando un arreón en cuanto a calidad. Suerte, chicos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario