Ayuntamiento de Badajoz

martes, 24 de enero de 2017

Los Indecisos

En las afueras de Badajoz tienen Los Indecisos su lugar de ensayo. Han cambiado su ubicación con respecto al año pasado, y desde las huertas de la parte norte de San Roque se han trasladado hasta la barriada de Llera. Volvemos a encontrarnos con la antigua barra de Simago, la del puesto de perritos, donde tantos niños pacenses de hace 40 años descubrimos el sabor de los hot dogs con tomate, mahonesa y mostaza (en aquellos tiempos, ¡qué tiempos!, creo que el ketchup aún no había llegado a Extremadura). Juan Pedro, el presidente de la murga, tiene que salir a buscarme en misión de rescate (no en vano es militar) y por fin llego a su nuevo local, más amplio y cómodo que el que tuvieron hasta hace poco. Han terminado el ensayo (chicos, disculpad el retraso), por lo que me quedo con las ganas de oírles. De oírles cantar, porque la conversación en torno al Carnaval no falta, relacionada con su murga y con otros aspectos de la fiesta. 


Los Indecisos se presentan con muchas novedades. No en vano, cinco años después del nacimiento del grupo, quedan sólo tres de sus fundadores. Me cuentan que estuvieron a punto de no ir a concurso, que han renovado bastante la agrupación (seis bajas con respecto a 2016 cubiertas con seis incorporaciones). Uno de los nuevos fichajes es Antonio, con tan sólo 16 años, que debutará en esta edición del COMBA. También cuentan con una incorporación en la caja , un batería procedente de Venezuela, que menos mal que es profesional de la percusión y ha podido tirar para adelante del grupo ante la baja médica que ha sufrido el bombo. Y así hasta cinco componentes que no han pisado el López de Ayala. Hay un punto en nuestra conversación que me llama mucho la atención, se refieren a la murga como "proyecto", una idea que desarrollan desde distintas vertientes: la musical, la escenográfica, la económica...En ese proyecto se embarcan este año dieciséis indecisos, que presentarán una formación musical con dos guitarras y, como es lógico, caja y bombo. Su estilo será el de años anteriores, que han buscado mantener a pesar de la gran renovación que ha experimentado la formación. Persiguen, ante todo, disfrutar el Carnaval, y dejan de lado el contenido crítico en sus coplas. Excepto en un pasodoble que creen levantará alguna que otra ampolla. Ven el concurso en un ligero declive en cuanto al número de formaciones que acuden al López, bajo su opinión porque el concurso ya no es tan importante como el hecho de salir en Carnaval. Ya no es un drama no ir al COMBA, es un mero trámite. Aplauden el trabajo hecho por los murgueros que llevan los grupos infantiles y juveniles que acuden al COMBITA, así como el haberlo transformado en certamen, dejando de lado la competición entre los más jóvenes. Ellos mismos potencian mucho la cantera, implicando a toda la familia en torno al trabajo de la murga. Los viernes se reúnen las familias en el local y comparten ratos de ocio y diversión, y el domingo de Carnaval se convierten en grupo menor para dar cabida en la agrupación a mujeres y niños, y que también tengan su implicación en Los Indecisos. Eso sí, la parte musical, la actuación, es cosa de los componentes de la agrupación (sus parejas aún no les han escuchado). Y de su celo con la cantera habla la fiesta, con diplomas para todos los participantes, que organizan para las murgas más jóvenes de nuestro Carnaval, esas que vienen empujando desde abajo y en las que tienen depositadas las esperanzas de que en un futuro no muy lejano amplíen el número de grupos en las calles y, si es posible, incluso en el López de Ayala, Nos comentan lo difícil que es sostener un grupo de este tipo, y creen que sería positivo para el Carnaval en general facilitar por parte de las instituciones el acceso a locales de ensayo, aunque lo ven complicado por el alto número de murgas, comparsas y artefactos existentes. Y nos recuerdan cómo "el hambre agudiza el ingenio", y como en años anteriores ha habido acuerdos de murgas y comparsas para compartir local.
Volviendo a Los Indecisos 2017, nos hablan del disfraz elegido, del personaje que van a representar. Ellos lo van a pasar en grande, y esperan que el público también disfrute con ellos. Con los problemas que han tenido este año para sacar la formación a la calle, les ha venido que ni pintada la distancia entre la Navidad y el Carnaval, gracias a la cual han logrado tres semanas más de ensayos, en los que por primera vez están sudando (así nos lo dijeron literalmente). Les gusta el puesto de actuación, los primeros del miércoles, porque además de estar a mitad de la fase preliminar, este año cuentan con un escenario muy aparatoso, de ocho metros de ancho por cuatro de alto, que es un tanto engorroso de montar. Tanto como para no haber ensayado con el escenario, lo cual puede darles algún quebradero de cabeza por las particularidades que pueden generar en cuanto al sonido de la formación. Nos comentan que el efecto visual será difícil de apreciar por parte del jurado, al estar este situado por debajo del nivel del suelo del escenario. Pero les da igual, ellos piensan sobre todo en el publico. Por cierto, hablando del jurado, nos dicen que no estaría de más la renovación del mismo cada dos años, haciéndolo por tandas (50 % un año, el resto en la siguiente edición del Carnaval). 

Y tras un largo rato de agradable charla me despido de Los Indecisos, a quienes agradezco su simpatía, su cerveza y su picoteo (estos chicos lo tratan a uno como en casa). Suerte y nos vemos en Carnaval. 

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