Las Chimixurris

Hoy asiste al concurso el alcalde de Badajoz, Fran Fragoso. Es el turno de las Chimixurris, y se abre el telón, y aparecen montando la revolución: escenario de revuelta, ruedas de cañones, barricadas, banderas al viento…Lo dicho, revolucionarias, del siglo XVIII, a la puerta del Ayuntamiento de Badajoz. Un disfraz muy en su línea. Y desde el minuto uno, la extraordinaria afinación de la que hace gala esta murga. Y sólo dos guitarras, como es habitual en ellas, dos guitarras que se sobran para acompañar a la murga. Como también son tradicionales los solos de sus integrantes, en su justa medida, sin abusar. En sus letras no podían faltar reivindicaciones feministas. Presentación clavada, muy aplaudida por el público. Se nota mucho trabajo detrás. 

 

Primer pasodoble, en el que por cierto utilizan pitos, a la educación. Extraordinaria defensa del trabajo del profesorado ante la que a Julián Arroyo, maestro, se le cae la baba. Atronadora ovación del público. Segundo pasodoble a los problemas migratorios y a la actitud de los gobiernos de Occidente, a los que califican de hipócritas. Dura letra la de las Chimixurris. 

Primer cuplé a  la cobra de Chenoa. Finalmente, en el estribillo, las revolucionarias se nos hacen vagas, pidiendo que en vez de revolución bajen las persianas por la mañana. Segundo cuplé muy aplaudido y reído a las modas de los manequin challenge, chupitos, rematado con chiste con Paquirrín. Abren el popurrí con A las barricadas, dando un toque de atención a la ciudadanía para que exija más a la corporación municiapal. Al final de la pelea son los chinos los que se quedan con toda la ciudad. 

Y por fin aparece la canción de la bicicleta, tan demandada por Julián. Cristina Pedroche, la repetición de las elecciones, el muro de Donald Trump (hecho con su laca del pelo), a ritmo de Sevillana. Las letras con más contenido crítico de las escuchadas hasta ahora. Defensa de la libertad de expresión. Buenísimos cánones al final de la actuación, que hacen que el teatro se entregue a tope ante una actuación absolutamente redonda.