Los oliventinos de Los Camballotas llegan más afinados que en preliminares, entendiéndosele a la perfección. Mejor cantado sin duda. Entran en escena ondeando banderas españolas ("un bote, dos botes, catalán el que no bote"). Con la cosa de los recortes, hay un entrenador para todos los deportes. Un desastre, por cierto: el nadador tiene flotador (michelines), el pertiguista usa la pertiga para los selfies, el tenista se fuma la hierba sobre la que juega...Primer pasodoble para las rencillas entre murgas. Tema manido ya a estas alturas de concurso. Tal vez excesivamente representado, lo que complicó, aquí sí, su comprensión. El segundo, sin embargo, homenajea a sus letristas del año pasado, Chiqui, Regaña y Alejandro, rivales este año en La leyenda de la nave de los desertores. Muy aplaudido. Primer cuplé para Jorge Javier Vázquez y segundo para la llamada que recibieron del Rey Felipe, a quien aconsejan que aprenda de su padre por lo bien que cae. El popurrí nos parece más flojo, quizá porque es la segunda vez que lo escuchamos. Arrancan más aplausos por lo que escenifican que por lo que cantan. Pero cada grupo juega sus cartas como cree oportuno. Han cantado sin presión, se les veía tranquilos.
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