Los niños de la guardería Los Angelitos cantaron por segunda vez en el López de Ayala. Y cantaron pues eso, como los ángeles. Se presentan con la música de Dora la exploradora para contar que su guardería es bilingüe, se habla mal el español y el english. Su guardería huele a Nenuco y patuco y a pañal con sorpresa, y se imaginan a Badajoz como un cuento. Extraordinario Alberto, el caja, una batería andante. Primer pasodoble al acoso escolar, tristemente de actualidad. Segundo pasodoble al resultado de las elecciones, de las que no sabemos quien ha ganado pero sí quien ha perdido. El pueblo, de momento. Aplausos del respetable. Cuplés, el primero para el estudio que afirma que mirar los pechos de las mujeres alarga la vida de los hombres, y lo que alarga es otra cosa. El segundo, para la relación de amor odio entre Aritz y Han. Como no había mujeres, el vasco se fue con Han, porque el chino siempre está abierto. Popurrí con mucha fuerza, en el que destaca la parte del Vaya Mentira, de Emilio Aragón, para hablar de política municipal. Por poner un pero, echamos en falta el papel de un niño hiperactivo
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