Ayuntamiento de Badajoz

miércoles, 1 de marzo de 2017

Las manos de un comparsero.

Acabó el Carnaval. Bueno, en parte, aún quedan las convivencias de los pueblos (este sábado Talavera la Real y el domingo Barbaño), y coletazos de actuaciones de las murgas, que se resisten a enterrar sus repertorios de 2017. Quiero replicar aquí el escrito que envié para la revista oficial del Carnaval 2017 del Ayuntamiento de Badajoz. Está pensado para mi comparsa, La Bullanguera, con quienes he tenido el placer de disfrutar de nuevo de la fiesta dentro de un grupo. Lo acompaño de una estupenda foto que me hizo mi querido amigo Carlos Santos, comentarista del concurso de murgas para El Estribillo en las ediciones 2016 y 2017. Espero que os guste. 

LAS MANOS DE UN COMPARSERO

¡Qué sería de nuestro carnaval sin las manos del comparsero! Unas manos capaces de trazar sobre el papel el sueño que se hará realidad en febrero, en forma de disfraz que habrán cosido unas manos que, en la mayoría de los casos, estarán llenas de quemaduras de silicona, de restos de pegamento, barniz, pintura o cualquier otro producto capaz de teñir de color las calles de Badajoz. Esas manos de comparsero que, en ocasiones, salpican sangre de tanto tocar tambores, cajas, congas, zurdos, tubos y cualquier otro instrumento que suene a fiesta…Manos  capaces de cortar, coser, pegar, teñir, diseñar…Manos que cocinan, manos que sirven cafés, copas, bocadillos y aperitivos en las barras que las comparsas disponen en sus locales. Manos para cortar y soldar los hierros de los carros en los que las comparsas disponen sus instrumentos, y manos también para empujar los carros, que estos no se mueven sólos. Manos para cortar el tráfico cuando se ensaya por los viales del Nevero. Manos capaces de acariciar a un niño que disfruta preparando su Carnaval y de consolarlo si el resultado del desfile no es el que esperaba. Manos que guían a estos niños, el futuro del Carnaval, para dar continuidad a la fiesta. Manos que distribuyen telas, complementos, adornos, manos que preparan la masa de papel con la que elaborar el gorro, manos dispuestas a reparar un maltrecho traje para que pueda representar a nuestro carnaval en Australia, Colonia, China o Madrid, en su búsqueda de la internacionalidad. Manos para cortar goma eva, manos para moldear escai hasta darle la apariencia de piel de Ubrique, manos que conducen la furgoneta donde se transportan los instrumentos hasta el lugar de cita o hasta el pueblo donde se actúa, yo no sé cuántos domingos después de Carnaval. Manos que consiguen manejar el metro con precisión de neurocirujano para que el resultado final del disfraz sea digno de nuestra fiesta y la ayude a ser más grande. Manos para aplaudir, manos para animar, manos para corregir, manos para ayudar. Manos para maquillar y resaltar la belleza  de nuestras mujeres y hombres. Manos que se adaptan al lápiz, bolígrafo, rotulador, grapadora…Manos que limpian, manos que trenzan,  Así son las manos de un comparsero. Alguien dispuesto siempre a echar una mano.





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